Había una vez un barrio llamado Carcova. Allí vivía mucha gente pobre que no tenía ropa, ni zapatillas. Y algo más: no tenían camas y colchones para dormir.
En ese barrio había una chica que no era tan pobre. Se llamaba Cristina. Tenía 24 años y era re hermosa. Ella se enamoró de un chico que era millonario. Él se llamaba Daniel y tenía 27 años.
Una noche, habían ido a cenar a un restaurante y Daniel le dijo:
Daniel: _ ¿En dónde vivís?
Cristina: _ Me da vergüenza decírtelo.
Daniel: _ Dale, no tengas vergüenza.
Cristina: _ Vivo en un barrio muy pobre, en la villa Carcova. Esa villa necesita alguien que los ayude. Necesitan muchas cosas.
Daniel: _ ¿Y qué necesitan? ¿Algo como qué?
Cristina: _ Necesitan camas, zapatillas, ropa.
Daniel: _ Yo los puedo ayudar. Yo tengo mucha plata. Podemos ir a tu barrio a preguntar casa por casa que necesitan.
Cristina: _ ¿Vos querés ir? ¿Te gustaría ir?
Daniel: _ Por supuesto, cómo no. Si necesitan ayuda, yo los voy a ayudar. Voy a ser como un presidente, voy a donar muchas cosas.
Ellos fueron al barrio y preguntaron casa por casa. Todos se pusieron contentos. Daniel donó cada vez más cosas. La Carcova iba cada vez mejorando más.
Cristina: _ Daniel, estás mejorando la Carcova.
Daniel: _ Se me está olvidando algo: las escuelas. Falta donar cosas para las escuelas. Vamos.
Así donaron de todo para las escuelas y todo el barrio fue mejorando. Finalmente, ya a nadie le faltaba nada.
Cristina: _ En sólo cinco meses mejoramos todo ¡No puedo creer lo que hiciste!
Daniel: _ Mejor dicho, lo que hicimos. Bueno, ahora yo me tengo que ir a mi barrio, a ver cómo va todo. Mañana vamos a cenar.
Ellos cenaron y cinco meses después se casaron y vivieron juntos en el barrio la Carcova.
En ese barrio había una chica que no era tan pobre. Se llamaba Cristina. Tenía 24 años y era re hermosa. Ella se enamoró de un chico que era millonario. Él se llamaba Daniel y tenía 27 años.
Una noche, habían ido a cenar a un restaurante y Daniel le dijo:
Daniel: _ ¿En dónde vivís?
Cristina: _ Me da vergüenza decírtelo.
Daniel: _ Dale, no tengas vergüenza.
Cristina: _ Vivo en un barrio muy pobre, en la villa Carcova. Esa villa necesita alguien que los ayude. Necesitan muchas cosas.
Daniel: _ ¿Y qué necesitan? ¿Algo como qué?
Cristina: _ Necesitan camas, zapatillas, ropa.
Daniel: _ Yo los puedo ayudar. Yo tengo mucha plata. Podemos ir a tu barrio a preguntar casa por casa que necesitan.
Cristina: _ ¿Vos querés ir? ¿Te gustaría ir?
Daniel: _ Por supuesto, cómo no. Si necesitan ayuda, yo los voy a ayudar. Voy a ser como un presidente, voy a donar muchas cosas.
Ellos fueron al barrio y preguntaron casa por casa. Todos se pusieron contentos. Daniel donó cada vez más cosas. La Carcova iba cada vez mejorando más.
Cristina: _ Daniel, estás mejorando la Carcova.
Daniel: _ Se me está olvidando algo: las escuelas. Falta donar cosas para las escuelas. Vamos.
Así donaron de todo para las escuelas y todo el barrio fue mejorando. Finalmente, ya a nadie le faltaba nada.
Cristina: _ En sólo cinco meses mejoramos todo ¡No puedo creer lo que hiciste!
Daniel: _ Mejor dicho, lo que hicimos. Bueno, ahora yo me tengo que ir a mi barrio, a ver cómo va todo. Mañana vamos a cenar.
Ellos cenaron y cinco meses después se casaron y vivieron juntos en el barrio la Carcova.